Las botellas plásticas de PET en Ecuador deben, por ley, tener en su composición un 15% de material reciclado. Sin embargo, esta obligación impuesta por la Ley Orgánica para la Racionalización, Reutilización y Reducción de Plásticos de un Solo Uso no se cumple.
Desde su promulgación, el 21 de diciembre de 2020, esta normativa estableció además plazos para la reducción gradual del uso de plástico virgen de un solo uso.
En solo dos meses más, en mayo de 2024, los envases de plástico PET para bebidas y alimentos de consumo humano deben incorporar 25% de material reciclado y al finalizar el año, un 30%.
La realidad, advierte el gerente de Asuntos Corporativos y Nuevos Negocios de Enkador, Javier Díaz, es que, aunque la demanda de PET reciclado debió haberse disparado tras la vigencia de la Ley, eso no ha ocurrido. En el país, añade, sigue primando el plástico virgen.
“Esa migración se puede lograr porque la materia prima reciclada existe, pero no hay un compromiso de la autoridad y de los fabricantes de cumplir y de controlar”, recalca Díaz.
Pese a su importancia para el cuidado del ambiente y a su impacto social, al involucrar a la cadena de recicladores de base, la legislación para la reducción del plástico de un solo uso ha sido poco difundida y, por ende, la ciudadanía en general la desconoce.
Sin embargo, al tratarse de una ley vigente, autoridades y productores -fabricantes de envases o empresas que embotellan sus productos- sí tienen conocimiento de sus obligaciones. La razón por la que no se respeta la Ley, según Javier Díaz, está en la ausencia de un sistema de control que vigile su cumplimiento y sancione su violación. En concreto:
-No hay una entidad gubernamental que haga seguimiento exhaustivo de la aplicación de la normativa.
-No hay cifras oficiales sobre las botellas plásticas que circulan en el mercado.
-No hay información verificable sobre la cantidad de material reciclado que se usó para fabricar los envases.
Javier Díaz, ejecutivo de Enkador, explica que el plástico por sí solo no es el problema; el problema es la basura plástica o el desperdicio plástico mal manejado, que puede terminar en los vertederos y contaminar los ríos. Por ello, es importante que se active una especie de sinergia entre las partes involucradas y responsables del cuidado del ambiente:
-Autoridades: ministerios del Ambiente y de la Producción.
-Productores
-Consumidores
En definitiva, el desafío se mantiene: la Ley de plástico de un solo uso debe aplicarse para lograr un manejo responsable y circular de residuos y reducir así su impacto sobre el ambiente.
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